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LLAMADA interior



Para abrirse a la magia de la vida, el universo debe escuchar tu llamada. Si hay interferencias en la línea, a menudo la comunicación se corta o hay malentendidos o llamadas a las que no quieres contestar. Esto es exactamente lo que este código de la llamada interior me recordó. Si verdaderamente quieres seguir el ritmo de tu alma, y de hecho éste es el juego del que trata nuestra vida en la tierra, debes cerrar las puertas o colgar el teléfono. La única forma de tener claro qué nuevas llamadas quieres o necesitas hacer es tomarte tiempo y espacio para ti mismo. Con finales abiertos y temas pendientes no podemos avanzar y con esta energía cada vez nos encontramos con más y más distracciones. Las distracciones son buenas amigas de nuestros egos, una sutil y fácil manera para nuestro saboteador de tomar el control cuando nos acercamos al camino adecuado, pero también uno de los peores enemigos de nuestra Alma, que sabe lo que es la llamada interior.

Creemos que no tenemos tiempo, siempre hay algo o alguien más importante que nosotros mismos a los que atender. Pero con este comportamiento perdemos nuestro camino, nuestro ritmo natural. Sé honesto contigo mismo, con tus propios sentimientos y necesidades y entenderás lo que significa la lealtad. Intenta encontrar tiempo y espacio para ti mismo. Nada es más importante que tú mismo y no hacer este esfuerzo de ponerte a ti mismo en primer lugar puede salirte muy caro. Quizás “no sea fácil” al principio, pero la recompensa no tiene precio. El mundo nunca se detiene, pero si tú te detienes... tu verdadero mundo puede seguir adelante.

“Detenerse” no es sinónimo de quietud ni tampoco de pereza. El espectáculo debe continuar.

Ya conocía toda esa teoría, pero la sentí con contundencia cuando, tras un peculiar viaje desde Barcelona, llegué a Holanda. Entonces fue cuando todas las respuestas se desplegaron desde mi mente hacia todas las células de mi cuerpo.

Llevaba dos días sintiéndome realmente muy emocionada y hasta eufórica, fue entonces cuando, de repente, todo empezó. Me levanté preparada para otro día de trabajo “ordinario” cuando, para mi sorpresa, el ordenador no quiso encenderse. La batería había muerto. Por suerte tengo otro ordenador, pero mirad qué gracioso, resulta que internet no funcionaba. Me esforcé por intentar conectarme a internet a través de la conexión de mi teléfono pero tampoco funcionó. En lugar de irme a un café con conexión a internet insistí durante un rato sin ningún éxito. Como sé que a mis guías les encanta jugar con la tecnología para que finalmente les escuche (esto siempre resulta bastante más agradable que un accidente o una enfermedad), me senté durante algunos minutos en silencio. De repente, vi una imagen muy clara: tenía que hacer algo creativo. De acuerdo suena genial, me dije, pero... Tengo un montón de cosas prácticas por hacer, pensé. Sin embargo, sentí algo muy fuerte en mi corazón cuando me di cuenta de que tenía que continuar con la edición del documental del viaje a Balukha que realizamos el verano pasado con Janosh y un grupo de personas maravillosas. Siempre me he sentido muy emocionada con la idea de hacer esa película documental y sabía perfectamente que las secuencias son espectaculares dado a la energía del lugar y los impresionantes paisajes, pero mi saboteador estaba siempre alejándome de ponerme manos a la obra distrayéndome con excusas creativas. Naturalmente yo siempre tenía otras prioridades de trabajo pero... ahora sé que no tiene sentido para mí creer en mis propias declaraciones. Y por eso estoy compartiendo esto con vosotros. El ordenador portátil no funcionaba, internet tampoco, pero el ordenador de mesa que utilizo para la edición de la película sí funcionaba perfectamente y casi parecía lanzar destellos cuando empecé. Tras unos instantes me sentí con las pilas recargadas, feliz y orgullosa de mí misma. En ese momento me di cuenta de que internet volvía a funcionar, pero esta vez no me dejé atrapar por ese mundo de distracciones.

Dos días más tarde tenía que volar muy pronto hacia Holanda para trabajar en el Energy Lab. Me fui a dormir pronto pero, tras un par de horas, de repente me levanté en medio de la noche llena de energía y casi como una moto. Parecía como si tuviera que continuar con la película. Pero no me di a mí misma la oportunidad de seguir a mi sentimiento e intenté volver a dormirme sin éxito. Cuanto más me decía a mí misma, vamos descansa un poco que mañana tienes que estar fresca, más sentía mariposas en mi estómago que solamente querían ir a jugar a un paraíso de hadas. Mientras sentía esa lucha entre mi mente y mi corazón, sonó la alarma del despertador y tuve que empezar mi viaje. He dicho antes que fue un viaje peculiar y con esto quiero decir que tuve un montón de señales que me mostraban que tenía que ralentizar mi ritmo y contemplar en mi interior. Compartiré algunos ejemplos y podréis sentir lo que quiero decir con esto vosotros mismos.

Tenía que coger el autobús al aeropuerto a las 5 de la mañana y no iba con prisa, pero cuando llegué a la estación el conductor del autobús cerró las puertas ante mis narices y tuve que esperar 15 minutos al siguiente autobús. No estaba preocupada porque iba con tiempo, pero el sentimiento de mariposeo en mi estómago cada vez era más y más fuerte y nada tenía que ver con los nervios. Pensé que aquella situación me estaba dando más tiempo para contestar whatsapps y correos electrónicos, pero me di cuenta de que se me había acabado la conexión de datos y que tenía la oportunidad de hacer una meditación matutina. Cuando llegué al aeropuerto había una cola interminable y yo fui la “afortunada” escogida aleatoriamente por la máquina para que me hicieran una inspección. El chico fue muy amable y me pareció que toda aquella situación era bastante cómica, pero no acababa ahí la historia. La puerta de embarque era la última de toda la terminal así que tuve que caminar más de 15 minutos para llegar. Finalmente llegué a la puerta justo a tiempo para embarcar. Mi asiento estaba en la última fila del avión. Una vez lleno el avión, despegó en hora. Yo ya tenía todo mi “kit para dormir en el avión” preparado para combatir con la música dance-house que Vueling considera adecuada para un vuelo de las 7 de la mañana, pero no pude dormirme. Intenté leer pero mi foco estaba en el espectáculo de mariposas que tomaba toda mi atención. Finalmente caí en un estado meditativo muy profundo, justo 10 minutos antes de aterrizar y, aunque me levanté completamente con las pilas recargadas, todavía sentía que algo había en el aire, como cuando sabes en lo más profundo de tu ser que algo va a ocurrir pero no tienes ni idea de qué es exactamente. Janosh suele venir siempre a buscarme al aeropuerto, pero esta vez no pudo venir, así que cogí el tren. A pesar de los magníficos paisajes del trayecto, me obligué a mí misma a aprovechar el tiempo y continuar con la lectura de un nuevo libro que alguien me dio recientemente. De repente sentí como si algo no fuera bien, entonces cerré el libro y decidí disfrutar del sol que a través de la ventana me estaba acariciando la cara con su calorcito.


La Llamada

Cuando llegué al Energy Lab, Janosh estaba muy emocionado con la nueva presentación del gran evento que se avecinaba y con la nueva Activación en la que estaban trabajando. Teníamos un montón de cosas de las que hablar pero, sin ninguna razón aparente, él empezó a contarme sobre una importante reunión que tenía con un científico que había testado la frecuencia de los códigos y de las esencias. El hombre se quedó asombrado cuando vio los resultados y cómo las frecuencias influían directamente en nuestro sistema nervioso y en nuestro ADN. Pero yo no me sorprendí porque llevo trabajando con las activaciones y esencias de Janosh durante años y, aunque he probado un montón de técnicas alternativas distintas, los resultados en mí misma y en mi entorno son increíblemente poderosos y efectivos. No son solamente inspiración, son cirugía para nuestro ADN. Actúan directamente sobre nuestras células, sobre nuestra frecuencia; origen y fuente de todos nuestros síntomas y patologías. Probé el nuevo spray energético que Janosh acababa de crear con el nuevo código: Llamada Interior. Reaccioné al instante y me encantó, pero los efectos reales fueron viniendo suavemente a lo largo del día. Gané más y más energía y trabajé súper inspirada durante toda la jornada. No paré ni siquiera para comer y trabajé hasta tarde, ¡me olvidé por completo de que tan solo había dormido un par de horas! Pero fue al llegar al hotel cuando lo vi todo claro.


El baño. Tiempo para la auto-reflexión

No tengo bañera en casa, así que me di el regalo de disfrutarla en el hotel, sin más distracciones que la música interior de la danza de mis mariposas. De repente un montón de situaciones de los días pasados pasaron ante mí como en un película. Cerré muchos capítulos en mi vida. Había hecho cada vez lo que sentía que tenía que hacer y a veces había hecho muchas cosas en un solo día, pero cada cosa con foco y presencia, porque había acabado las otras anteriormente. Esto no siempre ha sido así en mi caso porque a veces puedo estar haciendo varias cosas al mismo tiempo, pero sin acabar ninguna. Quizás estoy escribiendo un email y el teléfono suena y entones el email se queda en la carpeta de borradores durante días; o estoy editando una película y siento que no estoy inspirada y entonces continúo con una traducción que no había acabado; o estoy haciendo la promoción de los próximos talleres y recibo un email con otra prioridad del equipo; o...o...o...

Pensaba que era una persona que se dedicaba a ella misma y que daba espacio a sus sentimientos y necesidades, pero parece ser que no tanto. Si miro atrás, observo como anteriormente tuve muchas señales que me advertían del riesgo de adaptarse a los demás y de no seguir mi propia dirección y también muchas sincronicidades que iluminaban el camino de mi alma. Pero ahora veo muy claramente que no estaba escuchándolas o si lo hacía no actuaba siempre en consecuencia a esas señales o mensajes.

La resistencia es una frecuencia muy potente, así que es bueno ser consciente de ella para escuchar nuestra llamada interior y poner la energía adecuada en las cosas adecuadas en el momento adecuado.

Escuchar la llamada y atreverse a ser coherente con tus propias necesidades. Las prioridades son simplemente una cuestión de elección. Intentar decir no y hablar tu verdad de inmediato y conectar con cómo te sientes después.

Gracias a la bañera y al Spray Energético de la Llamada, estoy escribiendo esta columna justo antes de irme a dormir. Son las 3 de la mañana y llevo despierta más de 24 horas, pero si lo hubiera dejado para mañana, la energía habría desaparecido y nunca habría escrito esta columna. Y en lugar de sentirme fantásticamente y totalmente recargada de pilas, me habría sentido cansada incluso aunque hubiera dormido un poco más.


No distracciones, sí acción.

Se dice que solo si cerramos puertas podemos abrir otras nuevas. Cuelga el teléfono y escucha atentamente las llamadas de la inspiración.

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